Wednesday, November 07, 2007

Me niego a enamorame

Me niego, dijo, a enamorarme


No quiero enamorarme de nadie, dijo.
Conozco, explicó, el proceso; sé adonde lleva el enamoramiento, razonó.
El Amor es grande y es gozoso, no pide nada, no te hace necesitar nada, no te convierte en un ser dependiente, vulnerable, inseguro y mezquino, celoso y posesivo, exclusivista y angustiado.
No se puede poseer a las personas.
Amarlas es verlas tal cual son, tomarlas tal cual se presentan, desear su libertad y su felicidad, sin inmiscuir los propios deseos en el libre movimiento de su maravillosa y personal armonía. Amar es dejar ser, dejar vivir, empujar hacia delante el crecimiento del ser amado, sea cerca o sea lejos de uno mismo.
Enamorarse... todos sabemos lo que es enamorarse. Querer la posesión de una persona como si fuera una cosa, cosificar, cercar, seducir, ser seducido, utilizar para el propio disfrute, intentar ignorar la evidencia de la contradicción flagrante entre el deseo del bien ajeno y el deseo de que ese bien se supedite a los propios deseos personales, a las propias necesidades.
Uno ama a otra persona. Uno se enamora de otra persona para saciar a través de ella el amor a uno mismo.
NO quiero, me niego a enamorarme, concluyó.
Uno ve a una persona tal cual es y la ama. Te quiero, dice, y eso significa te quiero cerca o lejos, conmigo o sin mí, dándomelo todo o sin darme nada, comiendo en mi plato o sin verte jamás, amo tu existencia, te amo.
Uno se enamora y dice querer a otra persona, de la cual se ha enamorado. Te quiero conmigo, dice, siempre conmigo, nunca me dejes, nunca te vayas, quiero tenerte siempre, tenerte, no quieras a nadie más, es decir, enamórate de mí, no te enamores de nadie más. Vive, dice, vive para mí. Entonces se puede matar por amor, odiar por amor, sufrir, perseguir, agobiar, desplazar, limitar, prohibir, contratar, negociar, engañar y ser engañado.
El miedo forma parte del enamoramiento, pero está totalmente ausente del Amor.
Uno ama la belleza de una flor y la disfruta, y la riega. Uno se enamora de esa flor y la corta, la mata, para llevársela a casa.
Uno ama a sus hijos y les ayuda a crecer, a vivir, a marcharse.
Uno se enamora de sus hijos y los encierra en casa, los protege, les cercena todo lo que esté en su mano hacerlo, durante el tiempo en que puede hacer tal cosa.
Así que, dijo, nunca me voy a enamorar.



Luego, más adelante, lo conoció

Se enamoró perdida, locamente, de él.
El se enamoró loca, perdidamente, de ella.

¿Qué ha pasado? Les preguntaban, por separado, los amigos de cada uno de ellos. ¿Dónde estás, todo el tiempo, qué ha sido de ti?. Vives en la Luna.

Desde la luna, sentados ambos sobre ella y cogidos de la mano, colgando sus cuatro piernas de la concavidad inferior, ellos miraban girar la Tierra y el Universo, aspiraban, hinchando el pecho, el olor del Cosmos, exhalaban, al respirar lo inhalado, polvo de estrellas y, siempre te querré, siempre estarás conmigo, nunca me dejarás, nunca te dejaré, unían sus labios y nacían nuevas galaxias, de las cuales emanaban nuevos planetas, azules, etéreos, transparentes, en los cuales nacía nueva vida, nuevos seres que crecían, observaban, aprendían y terminaban concluyendo su aprendizaje final diciendo:

La Vida es grande y es hermosa, decían. Amo la Vida y quiero seguir amándola, prometían.
Por lo tanto, decían, no queremos enamorarnos, queremos amar.

Me niego, decían, a enamorarme.

Y lo razonaban, y explicaban el porqué.

Luego, después, se conocían entre ellos y se enamoraban.

2 comments:

Salitre said...

Buenísimo este post como bueno se avecina tu blog que acabo de empezar a leer...

Aquí me tendrás unos días escarbando por tus intimidades...

Besos, te seguiré por estos mundos...

Anonymous said...

Que intenso...

Se va a poner celoso Nioka